Lope de Vega compró la que hoy en día se conserva como su casa-museo en 1610. Allí pasó los últimos veinticinco años de su vida, hasta su fallecimiento en 1935. Se trataba de un edificio importante tanto por su localización como por su valor económico. Y más teniendo en cuenta las condiciones de la época, ya que había sido construido varios siglos atrás, en 1578. Precisamente por su atractivo, la casa fue pasando por las manos de varios familiares del dramaturgo y sufriendo diversas reformas hasta 1674. Fecha en la que, finalmente, un nieto del escritor se la vendió a Mariana Romero.
Sin embargo, los lectores de Lope tuvieron que esperar pacientes hasta 1935 para poder visitar aquella casa que había visto envejecer al autor. Fue entonces cuando se declaró monumento nacional y se abrió al público como museo.
El edificio está ubicado en el Barrio de las Letras de Madrid y, curiosamente, ocupa el portal número 11 de la Calle de Cervantes. Un hecho que resulta, cuanto menos, irónico teniendo en cuenta que, aunque ambos escritores llegaron a compartir una bonita amistad, finalmente fueron la antipatía y los celos quienes se abrieron paso en su relación, y terminaron rompiéndola.
El museo está abierto de martes a domingo desde las 10:00 de la mañana hasta las 18:00 de la tarde. Las visitas duran alrededor de 30 minutos. No obstante, recuerda reservar por teléfono, por correo o a través de la página web, y de hacerlo con bastante antelación. ¡Está muy solicitado y no es para menos! Si eres un amante de la literatura, un apasionado de la escritura o un admirador del trabajo de Lope de Vega este museo está hecho para ti. Durante la visita podrás disfrutar de las estancias tal como debió dejarlas el poeta, detenerte a leer sus textos originales y escuchar a una guía que te contará datos curiosos de los que quizá nunca hayas oído hablar.
Puedes organizar un día magnífico de turisteo por la capital y aprovechar la excelente ubicación del museo, en pleno centro de Madrid, para visitar también otros lugares emblemáticos como el Thyssen, el Círculo de Bellas Artes, el Museo Nacional del Prado o el parque de El Retiro. ¿Todavía te lo estás pensando?