Rocío Silvero, 1996. Alcalaína con sangre extremeña. Profe de infantil. Melómana. Muy libra y muy libre. Me gusta andar descalza y la sonrisa de mi gente en una terraza al sol.
Dicen de mí que siempre estoy riendo, bebiendo café y viendo cierta serie americana de los noventa.
Empecé a escribir para sacar lo que me ahogaba, y ahora os regalo un trocito de mi refugio.
Ojalá estas páginas sirvan de abrazo.
He dejado por escrito todo lo que fuimos y nunca llegamos a ser. Por si necesitas rescatarlo cada vez que te dé por echarme de menos un par de noches al mes.
A tu lista de locuras hechas por amor añade conocerme, porque nadie antes te dio esta oportunidad:
Léete.
Lugar de la presentación