Guillermina de Tomás de la Presa

Guillermina de Tomás de la Presa, natural de Ambite, pueblecito de la ribera del Tajuña, en la Alcarria Madrileña, pasa su infancia en este  entorno rural y en el seno de una familia humilde, con dos hermanos mayores y una hermana más pequeña, asistiendo desde los primeros años a la Escuela de niñas de esta localidad. Inicia estudios en el internado de la Escuela de FP “Santa María del Castillo” de Buitrago del Lozoya, pasando a la de “María del Pilar Ruiz Liñares” de Madrid, donde termina el segundo grado de FP Administrativo. Con esta formación comienza su vida laboral, compatibilizando diferentes trabajos con los estudios de C.O.U, en el CP “Isabel la Católica” y los de Magisterio, en la Escuela “Santa María”, de la Universidad Autónoma de Madrid, donde obtiene la Diplomatura de Profesora de E.G.B.

Tras especializarse en Educación Infantil, ejerce como maestra en diferentes Centros públicos de Infantil y Primaria de la Comunidad de Madrid, con una trayectoria en permanente formación, que le avalan como docente en el maravilloso mundo de la educación. Su gusto por la lectura y la escritura desde la adolescencia, le llevan a expresar con esta herramienta, su mundo interior, ideas, pensamientos y todo lo que acontece a su alrededor. Es así, como se atreve a editar en la actualidad, este cuaderno de viaje, “Sintiendo el Camino”.   

Sobre el Camino de Santiago se ha escrito mucho, desde tiempos inmemorables, pero esto no es algo más. Este relato en primera persona, “sintiendo el camino” de un grupo de amigos, que ya habían experimentado juntos, muchas vivencias, resulta especial para una de ellas, la autora.

Se narra y describen paisajes y lugares del Camino de Santiago francés, por los que los protagonistas van pasando: su cultura, su historia, su arquitectura, el arte, la literatura, su lengua, religión, ética, moral, y costumbres, sociedad, política,  gastronomía y todo un mundo de energía y de color. Pero sobre todo los sentimientos y emociones que, la evocación de los monumentos, parajes, lugares, leyendas y situaciones  en las que se ven envueltos, les produce. La exposición de fotos como complemento, dan fe de todo ello,  recreando la imaginación, la curiosidad y la experiencia del lector.

El deleite y disfrute de su lectura, así como la contemplación de las imágenes, no dejará al lector indiferente, sino que con cada pincelada de los lugares por donde se va pasando en  “Sintiendo el Camino”, querrá saber más de lo que aquí se describe y se cuenta, despertando sus ganas de llevar a cabo una aventura única en la vida, independientemente de sus creencias, ideas, objetivos o finalidad.