Jorge Hernán Hoyos Hoyos es nacido en Cali, Colombia. Pasa sus primeros años en su ciudad natal, luego emigra con sus padres a la ciudad de Manizales, posteriormente a Medellín y luego a Pereira. Ya adulto, su peregrinar lo llevó por Europa, principalmente a Madrid, España. Desde pequeño encuentra su inspiración en la historia de su niñera Carmen, quien vive en el barrio Antioquia de Medellín, quien le cuenta historias de parecidos y siempre le dejaba uno de esos relatos pendiente para el otro día. A los cinco años conoce al señor Nilo Arturo Álvarez, que vivía en una casa antioqueña de dos plantas, esquinera, en un barrio popular de Manizales, muy cerca al barrio Chipre de la misma ciudad. Se queda asombrado por la magnitud de su biblioteca, por las historias que cuenta; y por los libros que van cayendo a sus manos. Su primer libro fue "Regalo de navidad" y "Barba azul", dados por una cuñada de su prima Amparo.
"Los rostros de la vida", del escritor colombiano Jorge Hernán Hoyos, es una narración que nos permite revisitar el horizonte de nuestra propia experiencia como parte de la generación colombiana de la transición entre el siglo XX y el XXI, calzar los zapatos de los personajes que han vivido durante esta época, interiorizar realidades, apariencias, percepciones y distorsiones de uno de los períodos más extravagantes e intensos de la historia de Colombia.
La novela está profundamente marcada por la violencia de Colombia, esa misma que en los estudios de afuera llaman guerra civil y en los conceptos jurídicos y definiciones de nuestra ley interna se denomina conflicto armado. Que para unos, los que la viven más lejos, es confrontación y, para otros, terrorismo. Las historias se suceden una tras otra explorando distintos ángulos de tiempo y espacio. Empieza poco antes del magnicidio de Galindo que desató el bacatazo (¿suena conocido?), y se prolonga por décadas hasta la inminencia y realidad del Acuerdo de Paz que deja en vilo lo que habrá de acontecer después. Describe cómo ciertas hipótesis de injerencia política y económica que por muchos años permanecieron como puntales de la propaganda propia de la guerra fría. Retrata e imagina las desnudeces del poder y describe con riqueza de detalles las experiencias del colombiano común, provinciano y aventurero, trotamundos, recursivo y mujeriego, que permiten intuir o adivinar, tras el arte literario, cuántas historias se conocen de oídas o se imaginan con el acumulado de la cultura mediática que nos moldea e impacta y cuántas otras se describen sin imparcialidad con la fidelidad de quien solo monta guardia contra el engaño de sus percepciones o la falta de nitidez de sus recuerdos.
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