Nací en el año 1972 y, a los trece años, empecé a escribir motivada por las emociones y sentimientos generados en mi adolescencia. La escritura me ayudaba a poner orden en mi mente adolescente. A los pocos años, dejé de escribir, ¿quizá mi mente se ordenó? Parece que no, porque desde hace un tiempo he vuelto a coger lápiz y papel para combinar letras, palabras, vivencias  y pensamientos.

Escribo todo aquello que me conmueve. Para mí, escribir es una manera de transformar vivencias en mensajes y enviarlos a la vida, unos mensajes que me llegan desde el silencio y la observación.

Siempre he pensado que el mundo y las relaciones humanas son una inspiración continua, gracias a mi trabajo ayudando y acompañando a personas en diferentes momentos vitales he descubierto el gran poder de las letras, los relatos y la poesía para poner color a muchas vidas.

Escribo, mezclo, ordeno y desordeno palabras, en definitiva, juego con la escritura,  me gusta transformar las imágenes que veo en poemas y reflexiones  y ofrecer otros mundos en los que adentrarse.

Me siento agradecida de aportar parte de mi historia con palabras a esta antología dedicada a las mujeres,  me parece un hermoso homenaje y reconocimiento.

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Nace en noviembre de 1982, en Caracas (Venezuela), hija de padre gallego y madre canaria, regresan a Tenerife a finales de los ochenta, donde vive una infancia tranquila rodeada de su familia materna. 

Aunque ya desde pequeña destacó  su interés por las letras, su vida académica siempre estuvo encaminada hacia las ciencias, concretamente hacia el ámbito sanitario. Para ella, leer o escribir aquello que vivía o sentía, era un hobby, un escape, y no una meta. En sus años académicos participó en la creación de una revista escolar y se encargó de llevar la sesión de relatos de misterio, la más popular de la revista. Por esa época, también llegó a participar en algunos concursos literarios locales, quedando finalista en varios de ellos.

Una vez incorporada al mundo laboral, la faceta literaria queda en un plano más íntimo y personal: escribe varios cuentos y poemas que comparte en su círculo amistoso y cercano. Sólo lo hace por placer y, en algunos casos, como regalos a aquellos a quienes siente que le han inspirado de alguna manera. 

Por aquel entonces, su interés por los movimientos sociales crece, y ya no ve las palabras como simples interpretaciones personales de un suceso, sino como herramientas de denuncia ante las injusticias y de definición de problemáticas que, aunque existan, aún no se han puesto sobre la mesa. Durante esta etapa de lucha social, participa en numerosos escritos y documentos de índole sociopolítico.

Paralelamente, empieza a conocer el mundo audiovisual, participando en la producción de algunos videoclips musicales y en la creación de algunos cortos. También colabora en la creación de varios videos de denuncia social, y en la confección de dos guiones de cortometraje de ficción. En la actualidad, preside una asociación cultural centrada en la formación en el ámbito audiovisual.

El reto de Diversidad Literaria se le presenta de casualidad, y aunque hace mucho tiempo que no se sienta a escribir relatos más allá de los guiones, ve en esta propuesta la oportunidad de mostrar una parte de su visión de la realidad que nos rodea, y decide que, aunque su vida no haya estado tan encaminada hacia las letras como la de otras participantes, su voz también puede tener un espacio en esta aventura.

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Laura Valle López nació en Madrid, en 1991, pero siempre se ha sentido de un pedacito de tierra roja rica en minerales de León, el Bierzo.

Desde muy temprana edad sintió una gran conexión con la palabra escrita, aquella que permanece y perdura para los ojos más inquisitivos.

Escribir ha sido siempre para ella una forma de conexión consigo misma, una suerte de apéndice desde el que poder entenderse y reflexionar. La leyenda a pie de página que decodifica lo que de otra manera parece incomprensible.

Los mayores quebraderos de cabeza se alivian de manera extraordinaria tan solo con escribirlos con tinta.

Originalmente, enfermera, recientemente se ha decidido a aliñar sus días y, tras haberlo consultado con sus propias líneas transcritas, se encuentra aprendiendo dentro del apasionante tercer sector de la cooperación al desarrollo. No obstante, durante todas sus andaduras, no ha faltado papel y algo de color para poder plasmar lo que iba viviendo, pues la realidad sólo es inteligible para ella a través de su lectura, y las emociones solo pueden ser gestionadas y, sobre todo, saboreadas, cuando su mirada se posa sobre la cursiva que nos ofrece el apasionante mundo de la literatura.

Una vez leí, mientras ojeaba con la calma de quien está sencillamente ocupando el tiempo hasta encontrar algo mejor que hacer, unas líneas de texto que venían a decir, de manera casi poética, que somos las mujeres de nuestra vida. Entendí que se refería a todas ellas, las que de una u otra forma han tenido cierto papel protagónico en la sucesión de nuestros días, de nuestros años. Esa frase, aparentemente sencilla, de apenas seis palabras, se quedó insertada en mi cerebro desde entonces, sin yo sospechar el peso que más adelante le conferiría, asomándose como una verdad que duele y se confirma cada vez que he añorado, cada vez que me he comunicado con o he sufrido por alguna de las mujeres a las que tanto admiro o que tanto me han cuidado. Incluso aquellas que me han desarmado el músculo encerrado en mi caja torácica haciendo que, durante unos meses, éste dejara de bombear con normalidad. A lo mejor todas aquellas veces que parecía que el corazón se me salía por la boca, era solo una maniobra de mi propio cuerpo para dejar espacio para todas ellas.

Rocío Serrano nació en Madrid y estudió Periodismo. 

Ha trabajado en periódicos, revistas semanales y agencias de comunicación, tiene un blog en el que recomienda libros y trata con humor y desenfado temas de actualidad: www.tetomasuncafe.es

Leer es una de sus grandes aficiones. Y también escribir, aunque asegura que no es fácil porque no sólo requiere de un estilo elegante y personal y buena redacción, sino que además es necesario tener una historia que contar, hacerla interesante y convertirla en una buena narración que apetezca leer. 

Asiste a talleres de Creación Literaria para pulir vocabulario, estilo, redacción, trabajar la creatividad y compartir sus inquietudes literarias con otros escritores noveles.

Casada con dos hijos, asegura que son sus críticos más duros. Ellos, junto con sus hermanas, madre y sobrinos la animan para seguir adelante en este bonito mundo de la literatura. Poco a poco, relato a relato. 

La Niña la O nació para bailar. 

Desde su más tierna infancia sintió algo especial, que le impedía estarse quieta, cada vez que oía una guitarra, unas palmas o un cajón flamenco. 

Sus pies, sus manos y todo su ser se hicieron para danzar y dejarse llevar por la enorme pasión que le embargaba desde el mismo día en que vio la luz. 

Esa pasión que, sin ella apenas darse cuenta, tomará las riendas de su vida. Y le llevará a convertirse en la mejor y más solicitada bailaora del sur de España. Tanta fama y tantos aplausos recibirá, que desde el Imperio del sol naciente vendrán para ofrecerle el mejor y más tentador contrato. 

Pero, ¿qué habría sido de ella si no se hubiera enamorado de su guitarrista, el gitano Manué? ¿Era amor lo que realmente la unía a él? ¿Qué habría sido de su vida sin su guitarrista? ¿Habría sido invitada a ir a Japón? 

Nunca sabrá lo que el destino le habría deparado. Tal vez su vida habría sido muy diferente. 

La autora novel descubrió su interés por la escritura desde bien pequeña, lo que le permitió ganar varios concursos en la celebración de Sant Jordi (el Día del Libro) en la escuela de primaria y secundaria.

En 2021, publicó su primer libro de autoedición El Diario de Susi. Gracias Doña Mala Suerte :), en el género de autoayuda y crecimiento personal. Dispuesta a apostar en su próximo proyecto por otras temáticas literarias como fantasía y novela negra.

Desde 2022 hasta hoy, ha participado en diferentes antologías de Diversidad Literaria como autora de microrrelatos y poesía.

Siempre atenta a las palabras y ávida lectora, utiliza la escritura para expresar ideas, sentimientos y emociones. Manifiesta su preferencia por la literatura narrativa y de autoayuda, especialmente las generaciones del 99 y del 2006, pasando por las más actuales hasta llegar a coetáneos como Rhonda Byrne.

Con 23 años, descubrió su vocación de escritora en las horas muertas de su aburrido puesto de trabajo. Es creativa, apasionada del arte, la música, el dibujo, deportista y amante de los animales.

Terminó sus estudios en Administración y Finanzas del Comercio Internacional y se graduó en la universidad de la calle. Sigue formándose para adquirir una mejoría de sus habilidades cognitivas y profesionales.

A lo largo del recorrido de su vida, ha ido adquiriendo información y conocimientos que le permiten poder hablar de cosas con fundamento.

Epístola de una mujer

Una mujer cansada del maltrato de su pareja le escribe cartas desde el mundo de Mhön, donde todas las mujeres sufridoras de la Tierra volverán para permanecer allí durante un tiempo, al lugar de donde proceden realmente sus almas, con el propósito de sanar para después volver. Con la Tierra prácticamente vacía de mujeres, los hombres sufren y reflexionan. En Mhön, la magia no tiene límites. Aprenden a vivir felices, a perdonar y amar a los hombres. Pues al volver, toda la magia otorgada desde ese mundo, restaurará la convivencia entre ellos, pero los hombres jamás recordarán nada de lo que sucedió. Simplemente, ya no existirá el hastío.

Nació en 1962 en Madrid, aunque la mayor parte de su vida la ha pasado en Galicia, donde ha establecido sólidas raíces. En este momento, vive en Santiago de Compostela, donde ejerce como orientadora escolar.

Pedagoga con un extenso currículum, cuenta con diversos premios en innovación y periodismo educativos. Entre ellos, destaca el premio nacional de innovación del 1991 de CEDEL y Ministerio de Educación y Ciencia, o el de periodismo educativo del 2005 de la Xunta de Galicia.

Entusiasta del género narrativo de siempre, ha sido en los últimos años cuando se ha decidido a publicar. 

Retratos, (edición limitada 2019), Renglones de mujer (2020) y El peine de nácar (2020) son las obras editadas. 

Finalista en varios certámenes literarios, resultó ganadora del convocado por Diversidad Literaria bajo el título Sensaciones y sentidos VI.

Centrada en los sentimientos y las sensaciones, sus relatos desbordan intimismo. El mundo social y las relaciones personales constituyen el eje central de sus relatos, donde se refleja la personalidad y las decisiones vitales de los protagonistas. El paso del tiempo plasmado en los objetos y en las trayectorias vitales, así como los giros que condicionan el destino, suelen ser los elementos a conjugar en sus relatos. Son lecturas que mueven recuerdos, que hacen reflexionar.

Comenta la autora:

«Dicen que en el fondo subyace mi tendencia a enseñar algo, a que la escritura, aunque esté orientada al ocio, contenga elementos que permitan indagar y profundizar en los temas que abordan o que se tocan de paso, con aparente improvisación. Al fin y al cabo, la lectura abre puertas a otras estancias, la curiosidad y con ella el aprendizaje, están implícitos».

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María José Robles Pérez nació en 1992 en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Graduada en Filosofía, actualmente se encuentra ampliando su formación con un Doble Máster en Filosofía y Cultura Moderna, y Profesorado.

Siempre le ha gustado leer. Todo. Porque la lectura no solo le abre mundos, no solo la aleja de la soledad, sino que le sirve para dos cosas: para pensar y para dejar de pensar. Ambas imprescindibles para no perder la cordura. Sin embargo, fue a los 20 años cuando descubrió que tenía una pasión aún mayor: escribir.

Aunque tiene una especial predilección por el relato corto y por denunciar las injusticias sociales, ha tocado diversos géneros y temáticas, obteniendo premios en diferentes concursos en los que ha participado con relatos cortos, microrrelatos y cartas. Ha publicado algunos artículos de opinión. Además, en 2016, participó en la antología publicada bajo el nombre de Las caras de la violencia. Y, en 2018, le publicaron su primer libro, Perdónanos.

Agradece enormemente la oportunidad que se le brinda, entre las otras seis compañeras, de participar en esta antología.

Cree que escribir es una manera de decir las cosas que no se pueden decir, una forma de dar voz a todas aquellas personas que no pueden gritar. 

Ante el silencio, la indiferencia, las injusticias y el olvido, tenemos la palabra escrita. Porque como dice la filósofa Judith Butler: “si lo que le ocurre a un cuerpo no sobrevive, las palabras sí pueden sobrevivir para contarlo”.

Ese es nuestro deber.

La voz ahogada

Aquel doloroso 28 de marzo de 1941, en distintos lugares, cuatro mujeres viviendo cada una de ellas un infierno diferente, cada una sobrevive en medio de un mundo hostil del que parece que no hay escapatoria. Margot, Anna, Manuela y Virginia os quieren contar aquello que muchos se empeñan en que olvidemos.