Desde el horror de vivir bajo el yugo de un maltratador, a la esperanza de florecer nuevamente lejos de la guerra, en mi libro podréis encontrar pedazos en crudo de mis sentimientos más íntimos. Deseo que se vea reflejada la menos gente posible, pues no solo maltrata quien te deja marcas de sangre, algunas marcas se quedan en el alma, no se olvidan jamás.
Va dedicado a todas las que ya no tienen voz porque se la quitaron. Ya no tienen vida porque se la robaron.
Ni una menos.