Ana Cebrero Rodríguez

Ana Cebrero Rodríguez nace el 17 de mayo de 1995, en Sevilla.

Desde muy pequeña sus padres despertaron en ella la afición por la lectura y, junto a su hermano, hacían competiciones de quién leía más libros a lo largo de un año. Se deleita en contar cómo conoció a su marido a los 14 años intercambiando libros de Carlos Ruiz Zafón al salir de clase en un autobús escolar. Los libros la han acompañado a cada paso de su vida, y este amor por ellos hizo que comenzara a escribir sus propias historias.

Enfermera de profesión, ha realizado diversos voluntariados, siendo el último en una pequeña localidad de Perú. Esta experiencia cambió su forma de ver el mundo y también la inspiró para escribir una Carta al Director, publicada por El País sumándose así a otras que había escrito y enviado a este periódico con anterioridad, así como un pequeño relato recogido en la sección de Imagen y Salud de la Junta de Andalucía; y dos microrrelatos y un relato corto publicados por esta editorial.

Refiere que nunca ha dejado de escribir en su día a día, aunque solo fuese para sí misma. Con esta, su primera obra literaria, se cumple el sueño de aquella niña que una vez soñó con ser escritora.

En desvencijadas sillas de playa, escuchando el rumor de las olas, el verano se vuelve tangible. Ráfagas de viento que azotan ventanales, acompañadas de intermitentes chaparrones, dan paso al otoño. El invierno se abre paso gélido, húmedo y sin remedio; solo el calor de las llamas devuelve el rubor a las mejillas de nuestras protagonistas. Por último, la primavera, llena de vida y frescor, trayendo consigo el perfume de las flores ya maduras.

Sofía escucha atenta en el regazo de su abuela cada palabra a la que le dan forma sus labios. La niña va creciendo con cada recuerdo, cada relato y cada estación, ante los ojos cansados de una anciana cuyo mayor temor es irse de este mundo sin que nadie la recuerde.