Naiara del Pino Sosa - Daniel y Espanto

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Naiara del Pino Sosa

Las Palmas de Gran Canaria, 1978

Ees Licenciada en Criminología y Diplomada en Relaciones Laborales, contando con formación complementaria en diferentes especialidades, tales como Mediación Familiar, Recursos Humanos, Orientación Socio – Laboral y Docencia. En la actualidad, ejerce como Técnica de Asesoramiento al Emprendimiento y a Empresas, en la Fundación Universitaria de Las Palmas. 


Es madre de dos niñas, Laura y María, de 14 y 10 años respectivamente, por las que siente un gran amor y admiración.


Además de su profesión, la cual realiza con especial vocación, su otra gran pasión es la escritura, que siempre ha formado parte de su vida. Ha colaborado en diferentes periódicos digitales, tales como Nortegrancanaria e Infonortedigital, en publicaciones de salud y de maternidad, así como en la Obra Literaria “Más Nosotras, una Mujer, una Historia, un Corazón”, cuya directora es Gema Díaz; y en otras Antologías Literarias. 


Entre sus obras literarias caben destacar, “Del Estado de Alarma a un Estado de Calma. Reflexiones, de la libertad al confinamiento”; “La sombra del amor. El sueño que nos unió” y “Relatos con Alma. Con Alma de Mujer”. Todas ellas diferentes, pero con un trasfondo social, humano y muy emocional. Sin olvidar un audiolibro, que ha sido el traspaso de su primera obra a formato audio, constituyendo, sobre todo, una herramienta pedagógica y educativa. 


Una de sus próximas obras, será “No me olvides, cuidaré de ti”. Con la que pretende poner otro granito de arena en la sociedad. 


Sobre este cuento...

 “Daniel y Espanto” es un cuento peculiar, lleno de vida y de emoción. Espanto es un koala, pero no se trata de un koala como el resto de koalas, sino diferente y único. 


Una tarde de verano, Espanto sorprende a Daniel en el mágico municipio de Agaete. Daniel, un niño muy risueño y maduro para su edad, que al conocer a Espanto ya no lo pudo olvidar, por lo que comenzó a formar parte de su vida en un “pis pas”. 


Daniel vive con su madre en el Puerto de las Nieves. Carmen, nombre de la mamá de Daniel, tiene una dulcería en este maravilloso lugar donde hace unos pastelillos riquísimos, que elabora con muchísimo cariño.


Cada tarde, Daniel suele salir con sus amigos a descubrir duendecillos y personajes misteriosos. Un día como otro cualquiera, de repente conoce a un koala, al que bautiza con el nombre de Espanto. 


A partir de ese momento, ambos se volvieron inseparables, se convirtieron en familia, ya que, además, Espanto apareció en un momento un poco triste para Daniel.


Por todo ello, una vez más la vida nos demuestra que las cosas suceden cuando tienen que suceder, y en esta ocasión, un koala se convirtió en una luz para un niño, al que nunca más dejó solo en la oscuridad, sino que lo continuó acompañando en el camino de la vida. 

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