Paula Cascallar Latorre - Hasta el edén de la senectud

   Hasta el edén de la senectud 

🦋 Paula Cascallar Latorre 🦋


Sobre la obra:

Meditaciones venidas al pensamiento con dureza proverbial, con la delicadeza de una tristeza que comparte lo humano y lo irremplazable de la verdad revelada, mediante la plasticidad de su bella lírica.



Partiendo de la métrica del haiku, estos poemas expresan un salmo cuya creencia es el instante. 

La retórica toma la mano de la sencillez como un diálogo en el que cada poema es la frase concluyente.



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Sobre la autora:

Arengada por el tempus fugit, no cesa de crear y apurar los días estudiando las materias de sus dudas existenciales. Desde su ciudad, Vilagarcía, ha conocido realidades del mundo que la inspiran y la abocan a la lucha social.


Perteneciente a la generación del ’86, enarbola una vida de libertad que, considera, la historia no le arrebatará, como nada ni nadie consumirá su alegría.


Destacó en los estudios desde su tierna infancia. Llegada a la actualidad, atraviesa fases creativas muy unidas a su sentir, casi amedrentada por la inmensidad.


¡Disfruta de más textos de la autora!

  • La vendedora subsahariana

    Un joven gitano llamó a mi puerta: habían llegado mis libros de Diversidad Literaria, y no cupe en mi sorpresa por el rigor de todo el proceso. De modo que, orgullosa, esa tarde vendí el primero a un gran amigo del barrio. ¡Estoy contenta porque sé que le ha gustado!


    Pero, ilusa y disparada, avancé esa semana recorriendo las calles de la ciudad con los ejemplares en el bolso, ofreciéndoselos a las tenderas… Descubrí que la gente lee muy poco, pero lo entendí: ¡entendí lo prosaico del día a día de esas trabajadoras que no hacen nada gratis!


    Sin embargo, ahora que "Hasta el Edén de la senectud" ya luce en las librerías, siento un alivio, más que orgullo… Como si me hubiese metido en un lío…


    Estoy acostumbrada a ofrecer mi arte gratuitamente, quizá es uno de los signos de mi baja autoestima…


    Recuerdo, hace más de un lustro, imantada en los principios de mi enfermedad, haber ido al médico a Pontevedra. Estaba en una terraza de la plaza con mis padres, cuando apareció una rechonchita vendedora subsahariana. "¡Quiero alguna, mami, qué lindas pulseras!", rogué alegre. Pero mis progenitores, discretos y conservadores, no me concedieron ni un céntimo.


    Ella se quedó de pie junto a mí, con una tenue y cándida sonrisa. Abrió la mano y me ofreció un pequeño elefantito de la suerte con la trompa para arriba. "Te lo regalo, es para ti", quiso decirme.


    Me hizo más ilusión que cualquier joya, y con la misma ilusión he vendido el primer libro. 


    Por otra parte, "Hasta el Edén de la senectud" no es combativo, sino paciente, y espera ser acogido en manos de aquellos que sepan apreciar un detalle.

  • No son tiempos para sentir

    La poesía describe la belleza como la esperanza pelea siempre. Al igual que vuelve la primavera, los poetas creamos como pequeños dioses, trasgos a veces, que hacen magia con las palabras.


    ¿Magia? ¿Qué es ese karma que une un verso a otro haciendo un poema que, por una sola vez, entra a los ojos?


    ¿Ha habido un inventor para la poesía? La poesía está en la naturaleza, como los números. El verso libre rompió la métrica e hizo el caos, ¡y qué bellas piezas en el desorden!


    Si bien la ciencia es exacta, la duda es del poeta; pero la poesía es para la humanidad. Al igual que toda criatura requiere su hábitat, el lector necesita toda la literatura del mundo para ilustrarse, acorde a su sentir.


    Pero, hoy, en esta calle vacía, no siento nada─ o siento todo: los lectores están escondidos en sus casas con sus preciados libros, ¡y aquí esta escritora está escribiendo un libro! Me he dado un momento para pensar en el significado de la poesía: no tengo palabras. La poesía es imagen, sentimiento, una necesidad como los sentidos.


    Ahora, en el mundo, hay mucho dolor. Pero siempre existió la palabra, hasta los pájaros hablan. Desde que hubo esperanza, hay poetas.


    No hay otra cosa que malas noticias, pero no caigamos en el engaño: leamos, protejámonos, ¡visitemos otros tiempos! Hagamos parar el mundo agarrándonos de las manos, con la esperanza de la vida… Inspirados por la muerte. No dejemos que el miedo nos paralice, sintamos el miedo, hablemos de ese miedo.


    La palabra es sanadora, la poesía es terapia, y es un fenómeno de la naturaleza que se puede contemplar con los ojos cerrados. De Oriente a Occidente, en cientos de idiomas, hay almas leyendo poesía, unidas por un solo dios: el sol, ¡es el sol nuestra fuerza! ¡Somos luz! ¡El sol brilla para todos! Hay poesía en una mirada, y hay poemas silenciosos. No son tiempos para sentir, nos hemos vuelto locos… ¿Hay amor en esta locura?

  • No soy falsa

    Cuando me preguntan por el castellano, no soy falsa: es el idioma con que la voz se eleva. Puedo entenderme con cada tribu y nunca llegar a entender.

     

    Si digo, si me declaro poeta, no soy falsa: la poesía es la guinda del pastel que vomitaré esta noche. Soy poeta porque no quiero pelear, sino que he tomado el camino de otro mundo. He otorgado rimas a la humanidad que quizá algún día sean descifrables; quizá el día de mi muerte, y diga: “¡he ganado! ¡Llegué!”, y una sonrisa de paz se tatúe en mi cadáver. 


    No puedo más, por eso escribo, porque el sufrimiento me paraliza y solo puedo pensar. Echo el pensamiento a paseo y el escrito parece libre, pero no soy falsa: los lectores van a sufrir. Y en ello habrá libertad. 


    Si digo que no tengo dueño, no soy falsa, porque en sueños soy asesina, reina y maestra, y dueña soy yo de la palabra ambigua. 


    Cuando escribo desde las entrañas, estoy reparando una enfermedad, hago un milagro, no soy falsa: soy creadora de realidades. 


    Digo la verdad cuando prometo no estar loca, ya que todos entienden, ya que se hace el silencio. El silencio que me abre camino… Muevo montañas y abro libros, y, en esta aventura de la vida, los libros son mi mapa. Aunque estoy perdida, no soy falsa: creo que he llegado al infinito. 


    Un infinito sin escapatoria con poemas interminables, poemas y más poemas, mareo, náusea, la verdad absoluta… Mi vida.

  • Sola ante la página

    El fenómeno de la creación es una fuerza que atrapa con tensión y prisa. Cuando comienzo a escribir, sé todos los finales, sé todas las cosas… Pero no lo sé explicar. 


    Contemplo la página en blanco y veo geometrías que traen narrativa, mientras que en el arrojo la mente bulle de símbolos subconscientes que la mano escribe. 


    ¿Y si no tuviese manos? ¿Y si fuese incomprendida? Hay una realidad para cada texto, creo que todo relato existe en su fenómeno. 


    Busco salir de la cárcel del pensamiento, puesto que éste pasa por mí con naturaleza, ya que no siempre las ideas son propias; sin embargo sí la palabra, a la que se da libertad por escrito. 


    Ya que la sociedad es irresponsable y no sabe procesar sus juicios, es insuficiente, por eso hay literatura. Uno decide si quiere saber o llenar el estómago, aunque sin gratitud es el lucro. 


    Sin embargo, hay todavía verdades inexpresadas. El tabú causa nefastas patologías que se refugian en la lectura… Pero la conexión es imposible: un libro es otro mundo que no se puede llevar a cabo. 

    En la realción escritora-lector, hay un gran secreto, que es la verdad. He revelado mi verdad, pero el poema es literatura, así que no podrá cambiar el mundo. 


    Al menos, he escrito para ser leída, y eso puede ser un trabajo o una labor humanitaria. Escribí para ser grande aportando a la humanidad, porque, página a página, ese tiempo será memoria.


BLANCO

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