Roger Martínez García nació en Poissy (1967), a las afueras de París. Su pasión por la lectura viene de sus padres, que poseen una librería en su casa muy extensa y de todos los géneros, y desde pequeño ha tomado el hábito de leer gracias a ellos.
Cuando retornó de pequeño al origen de sus raíces, conectó inmediatamente con ellas y la pasión por su tierra y su cultura las plasma en mucho de lo que escribe.
La fuente de inspiración son sobre todo su familia, paisajes recorridos, fotos antiguas, recuerdos que guarda en la memoria por ser especiales para él y cuando se acuerda de ellos, los plasma escribiéndolos. Comenta que podría expresarlos de diferentes formas y maneras, pero se decidió por la poesía.
Este es el primer libro que se decide a publicar el autor, después de mucho pensar si merecía la pena, y más que nada, lo ha hecho como un reto personal, puesto que esta, su primera publicación, conjuga prosa y verso haciendo de la misma poesía.
Como él mismo afirma, es una vía de escape del estrés diario. Casi siempre encuentra algún momento para escribir a lo largo del día, y cuando lo hace, expresa y libera todos sus sentimientos sobre una hoja de papel.
Según comenta el autor, si alguien quiere escapar un instante de su realidad, de la monotonía o de lo cotidiano y sumergirse en un mundo de ilusión, imaginación y poesía, este libro puede ser un buen comienzo para ello.
Esperanza, desesperanza, amor, desamor, tristeza, nostalgia, añoranza... Muchos son los tópicos a los que se acude en «El tiempo que habita en mí», logrando así haber escrito una obra heterogénea y de lo más variopinta. Una obra dirigida a un importante número de lectores que, sin duda, se sentirán cautivados por la claridad y sinceridad con la que se expresa el autor. Eso sí: hay que estar preparado para todo tipo de emociones, pues los textos están completamente desnudos de artificios. Se diría incluso que, en ocasiones, uno puede apreciar en ellos hasta el alma.
“El tiempo que habita en mí” es una antología poética viva, valiente, filosófica, emocional, sensible y muy bella.
Por sus páginas deambulan multitud de temas de forma más o menos velada, como el análisis introspectivo de las emociones y los sentimientos, el paso del tiempo y la nostalgia, la crítica hacia las incoherencias humanas o el análisis social reflexivo.
Destaca especialmente por su lenguaje sencillo, cotidiano y vital y por la extraordinaria capacidad del autor para describir sentimientos, emociones y reflexiones.
En pocas palabras... ¡Brillante!
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