Mi nombre es Lucía García y soy de Granada. 

La escritura creativa ha formado siempre parte de mi vida. Como con el pan bajo el brazo, yo fue el bolígrafo. 

Soy en general una apasionada del arte y mantengo con él una relación, podría decirse, de fanatismo. 

Comencé estudiando Periodismo porque desde pequeñita supe que me gustaba escribir, pero decidí cambiarme a Comunicación Audiovisual porque la mezcla de ramas iba mucho más conmigo y además, 

especializarme en guion, me permitió una expresión más creativa y libre de la escritura que en su momento no encontré en el periodismo. 

Mi vida ha transcurrido entre Granada y Barcelona, dos de las ciudades que considero más capacitadas para ofrecerse de musas.

Conmigo lo han conseguido. 

Actualmente, me dedico al mundo comercial, pero el arte y la creación nunca han dejado de estar presentes, siempre desde una perspectiva de aficionada, me gusta pensar que dejo algo en este mundo de locos, que formo parte porque también aporto. 

Todos estos son los motivos de participar en este proyecto tan bonito. 

Mi agradecimiento a Diversidad Literaria por querer contar conmigo y para ti, que lees, espero de verdad que te guste. 

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Nació un verano hace 53 años en la localidad barcelonesa de Terrassa y en la actualidad reside en Rubí. Separada y madre de tres hijas, trabaja en el departamento de contabilidad de un hospital.

Es amante de la naturaleza, las artes, la cultura y la danza. Como persona altamente sensible, encuentra la belleza en cualquier detalle. 

Para ella, la escritura, es la expresión de forma creativa, del conocimiento adquirido por las propias vivencias, de las emociones y de los pensamientos ya sean reales o imaginarios.

“Suéltalo, o esos silencios te harán ruido siempre”.

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Trotamundos, curiosa, preguntona, amante de las letras,  mi pseudónimo es lletraferida. La  comunicación en cualquiera de sus formas oral, escrita o inventada. 

Es maestra desde el 92, trabajadora  familiar a domicilio y tía.

Guardaba libretas, de  espiral, que mis abuelos utilizaban en el colegio que dirigían. Garabateadas por todos lados, durante mi infancia.

La alegre y difícil adolescencia fue el inicio de pequeños relatos, obras de teatro, cuentos de balcón, títeres y marionetas.

La juventud, buscando y viviendo historias para contar.

Y, hoy, a los cincuenta y tres,  expresando lo acumulado y narrando lo sentido.

Los retos literarios me motivan para dibujar palabras y, si ellas lo permiten, darles color.

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Me llamo María José Rider León y soy madre de cuatro hijos: dos niñas y dos niños que iluminan mi vida. Desde la infancia, la escritura ha sido mi refugio y mi forma de expresión. He escrito relatos desde que tengo memoria y, a lo largo de los años, he colaborado en revistas, compartiendo mis historias y también he escrito notas de prensa. Actualmente, tengo una novela en proceso y estoy emocionada de embarcarme en esta nueva aventura con esta editorial, con la esperanza de que mis palabras lleguen a tocar el corazón de los lectores y de compartir mis historias con el mundo.

Mi trayectoria profesional es diversa: inicialmente me formé en el ámbito sanitario y luego trabajé en el sector de los seguros y productos financieros. Sin embargo, en la actualidad, me encuentro en el mundo de la belleza y recientemente me he formado como docente, un papel que me permite compartir mi pasión por el aprendizaje. También he sido crítica literaria en la página “Anika Entre Libros”, lo que ha alimentado aún más mi amor por la literatura y me ha permitido explorar diferentes voces y estilos; todo esto ha enriquecido mi perspectiva sobre la literatura y me ha inspirado en mi propio proceso creativo.

La escritura y la lectura son mis pasiones, y estoy ilusionada por esta oportunidad de cumplir mi sueño literario. Para mí, la escritura y la lectura son más que un pasatiempo, son una forma de vida, una manera de conectar con los demás y de dar voz a mis ideas. Cada palabra escrita es un paso más hacia ese anhelo de conectar con otros a través de las historias que deseo contar.

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