Roger Justafré

Nací en BARCELONA hace muchísimo tiempo, el 8 de marzo de 1944, por eso tengo tantas cosas que contar mientras procuro divertiros y divertirme.

Afortunadamente bilingüe de nacimiento y cultivador del mayor número posible de lenguas, vivas y muertas, idiomas, dialectos, dimes, diretes, dichos, refranes, leyendas y palabras malsonantes, por afición. 

Tengo unos catorce o quince premios a textos teatrales, tanto en castellano como en catalán, según me ha ido apeteciendo a través del tiempo, y uno de NARRATIVA del BAIX EBRE, por un conjunto de cuentos sobre el mar (al que sentimentalmente pertenezco).

He sido actor (malo), he diseñado vestuarios, luces y sonidos y he pintado decorados, dirigido piezas de otros muchos autores, en teatros y en televisión. Fui realizador en TVE CATALUÑA, especializado principalmente en espacios dramáticos y musicales, aunque también de otros tipos, siempre sobre cultura. Actualmente estoy jubilado pero vivo y en marcha.

ESTOY CASADO y ENAMORADO desde hace unos sesenta años y de la MISMA MUJER, lo cual tiene su mérito, por parte de los dos, claro. TENEMOS DOS HIJOS que nos salieron muy bien, estética, intelectual y humanamente... y TRES NIETOS que han mejorado la raza. 

Y si queréis saber más, os compráis el libro y os lo leéis, que igual os echáis unas risas. 

Este libro que tenéis en las manos NO es una BIOGRAFÍA, porque en tal caso debería tener un mínimo de objetividad, cosa que me parece imposible, ya que los recuerdos por el hecho de serlo ya están contaminados por la nostalgia, mezclados con los sueños (a veces ni sé dónde empiezan los unos y los otros), las circunstancias de entonces y del presente… son demasiados filtros para que los recuerdos sean objetivos. 

Además esta es únicamente una parte de mi vida, la profesional, la artística... no he querido meter a más familia que la imprescindible, ni a mis amigos extra profesionales, que pueden ser muy picajosos y nada más lejano para mí que ofender a ninguno de ellos.

Tampoco mis recuerdos siguen un orden cronológico, que sería lo ortodoxo. Me he dejado llevar por las asociaciones de ideas. Me divierte más y es más “yo”.

Así que, si hay que definirlo, esto es una DECLARACIÓN DE AMOR a mi profesión, la música, las historias, el arte en general y el TEATRO en particular. En todos sus sentidos, textuales, cinematográficos o televisivos, esas que actualmente casi no existen, cuando deberían ser un servicio público en favor de la cultura del país, siempre tan olvidada.