De pequeña jugaba a los recortables, armaba mis cuadernos de tal modo que guardaba cada muñeco con su propio vestuario y con ellos jugaba a construir historias.
De mayor me he dado cuenta que cada uno de nosotros, los seres humanos, somos como mis muñecos, cada uno tenemos nuestro propio vestuario para construir el papel que representamos en la vida.
Llegas a este mundo desnudo y comienzas a vestirte en tu proceso de aprendizaje hasta que con la edad y la comprensión comienza el proceso de desvestirte y quedarte desnudo de nuevo.
Me pusieron de nombre Paloma sin que hubiera ningún antecedente familiar, no sé si en referencia al Espíritu Santo o a la Paloma de la Paz de Picasso.
Quizás por eso me gusta abandonarme en el Espíritu y volar.
Como buena pisciana estoy un poco volada, nos cuesta distinguir entre lo real y lo imaginario, las cosas pueden ser de una manera a la vez que de la contraria según la perspectiva desde la que se mire.
Mi ascendente escorpiano me aporta un cierto magnetismo con las personas.
Estudié Psicología y Teología y la mayoría lo aprendo como todos: viviendo.