Mi nombre es Abraham Álvarez Mouaffou, nací en el año mil novecientos noventa y tres. Debo de destacar que mi infancia la recuerdo feliz, aunque muy consciente de aquello que yo era. Recuerdo que con poco más de nueve años, mientras volvíamos en coche a casa, mi hermano mellizo preguntó a mis padres: ¿Os vais a separar algún día? Esa pregunta hizo que pensara: ¿Y por qué tienen que estar juntos?
El divorcio que llegó poco después fue uno de los pilares más importantes en los que se gestó mi personalidad.
Mi adolescencia y lo que viví hizo que madurase relativamente pronto. Me convertí en un pequeño adulto sin darme cuenta, los caminos de mi hermano y el mío empezaron a separarse.
Aunque siempre buscábamos la forma de encontrarnos o pasar tiempo juntos. Jugábamos mucho al fútbol.
Con el tiempo, la edad del pavo llegó pero, por h o por b, tuve que coger el pavo y hacer un asado. No me quedaron más huevos. Al final, de camino a los diecinueve, la vida nos pone en una situación un poco extraña. Nos obliga a hacernos los valientes pero es que era la única opción. Por lo tanto, ahora me encuentro a mis veintinueve años y la vida vuelve a recordarme que debo seguir aprendiendo, que nunca es suficiente y que como me estoy construyendo siempre será la mejor versión de mí.
Soy aquello que está encerrado en este libro, en el cual a base de microrrelatos, expongo lo que para mí es una verdad.