Con las obligaciones del día a día me olvidé de uno de mis pasatiempos favoritos, “escribir”. Dice la frase “no hay mal que por bien no venga”, aunque podemos discutir sobre las distintas interpretaciones. Cierto es que la vida me “sentó de culo”, seguramente porque iba demasiado rápido y sin freno, pero también es cierto que en esta nueva etapa disfruto de cada instante.

Me llamo Lucía Sánchez Marín, nací en Rute (Córdoba).  Mi infancia ha sido buena, los años de EGB los recuerdo con cariño y la etapa del instituto fue sobre todo divertida. Tengo buenos momentos y recuerdos de mis compañeros/as y mis profesores/as. Fue en esa etapa donde emprendí la andadura de la escritura. Mi profesora de Lengua de 4º ESO me animó y es la que me dijo que “era muy buena en lo que hacía y se me daba bien”.

Opte por una Carrera Universitaria de tres años, quería empezar a trabajar lo antes posible y la Diplomatura en Relaciones Laborales me daba esa ventaja. Cierto es que realmente lo que me gustaba era Clásica o Filosofía, pero mi impaciencia por terminar hizo que escogiera la otra alternativa. La vida luego te demuestra que, aunque el camino sea más largo, mi profesión sería Profesora de Secundaria. En vez de impartir Latín, Griego o Filosofía, imparto Formación y Orientación Laboral y Empresa e Iniciativa Emprendedora. 

Los últimos 6 años me he dedicado a la enseñanza en la Administración Pública como Profesora de Secundaria de la especialidad de Formación y Orientación Laboral, paseándome como todo mi gremio por distintos pueblos de Andalucía. Los anteriores 11 años desarrollé mi carrera profesional en el campo de Recursos Humanos, alcanzando “techo” como Responsable de Dirección del Departamento de Recursos Humanos. 

A lo largo de mi vida he compaginado mis estudios con mi profesión. Como muchos dicen de mí, “soy una ratoncilla de biblioteca”. Me gusta seguir formándome y aprender cosas nuevas. Entre otra mucha formación que he desarrollado, destaco el Máster de Banca y Finanzas, Máster de Prevención de Riesgos Laborales, Experto en Relaciones Laborales y Auditoría de Recursos Humanos y el Certificado de Aptitud Pedagógica. 

Actualmente vivo en Lucena (Córdoba) con mi marido y mi hija. Hemos formado un pequeño núcleo familiar con mucha ilusión. Tal como dije en el párrafo primero, “no hay mal que por bien no venga”. Mi profesión actual es ser madre 100% de una niña llamada Carlota de 3 años con diabetes tipo 1. De ese 100% intento sacar algo de tiempo para practicar deporte y por supuesto dedicarme a la escritura. “No sé si lo hago bien o mal”, pero compagino ser madre con una de mis pasiones favoritas: ESCRIBIR.

Eleanor Thomas descubrió su amor por la escritura a los catorce años, cuando para ella solo era un hobby, como también lo eran el dibujo y la pintura.

Todas las historias que escribía eran guardadas y, con el tiempo y las circunstancias, fueron relevadas durante muchos años, hasta que hace cinco años un cambio de su ciudad natal, Valencia, a la cálida Almería, hizo que sintiera de nuevo lo que siempre ha corrido por sus venas: la escritura. 

Nacida en Moixent, un pequeño y hermoso pueblo de Valencia, en noviembre de 1976, decidió darle un giro de 360 grados a su vida arriesgándolo todo tras la insistencia de sus hijos en publicar sus historias.

Nací en Barcelona en 1982, aunque he vivido siempre en Mataró. Soy de la generación de la EGB, “millennial”, creo que ahora se dice así. Estudié un ciclo de grado superior de Integración Social. Después seguí mis estudios realizando la carrera de Pedagogía en la Universidad de Barcelona (UB) y, desde 2007, trabajo como educadora en una fundación privada sin ánimo de lucro.

Debuté en el mundo literario con el poemario Nunca fuimos princesas, en el 2018, gracias a una asociación de Mataró que se llamaba “FusionArte”. Esta asociación organizaba su segundo premio literario en Mataró, al cual me presenté en la categoría de poesía, casi por casualidad. Escribía poesía desde pequeña y tenía mi pequeño diario de adolescente, pero nunca pensé en presentarme a un concurso. La casualidad y la suerte me convirtieron en ganadora de su segundo premio literario. Fue totalmente inesperado y del cual estoy muy agradecida. El premio consistía en la publicación de un poemario. Ahí nació Nunca fuimos princesas. En este poemario las mujeres son las protagonistas. Ellas son las que nos cuentan sus vidas y nos ayudan a entender la sororidad como un valor esencial en una sociedad como la actual.

Desde entonces he seguido escribiendo, casi de forma íntima, como una manera de expresar una forma de vivir y entender la vida que me rodea. En esta ocasión, con esta nueva oportunidad de hacer público mis poemas, he querido presentarme con lo que he llamado Conversaciones al verso. Con el formato de diálogo como base he intentado reproducir esa voz interior y dar salida a esas conversaciones que, seguramente, no hemos tenido nunca o que por falta de valentía no hemos admitido. Para ello parto con Vega y Polar, dos personajes sin sexo ni género, simplemente con vivencias que quieren compartir con todos nosotros/as. Si he cumplido con mi objetivo o no, lo dejo en las manos del lector/a.

“Las palabras se deben escribir para que se hagan eternas, para que se hagan conscientes.

La poesía es una herramienta para llegar a quien quiera alcanzarla.”

Me llamo Mercedes y vivo en Bilbao. He trabajado durante más de 45 años en la Sanidad Pública.

Mi biografía es larga y compleja como la de cualquier mujer de mi edad. Lo que sí tiene su importancia es que me gusta escribir. Me gusta escribir hasta las listas de la compra. Solo necesito un bolígrafo, una hoja de papel y una palabra para comenzar a construir el relato.  Una nube gris que trae lluvia, la sonrisa de un vecino al darle los buenos días, una conversación casual con una desconocida, un abrazo de alguien querido…  las casualidades inventadas o vividas que dan pie a la primera línea y después páginas y páginas hasta ese desenlace que tengo en la mente.

Para mí escribir es como soñar despierta, contar cómo el horizonte se transforma en una explosión de color o que una mujer camina hacia un nuevo futuro abandonando lo que le hacía sufrir, o que un joven busca un amor viajando alrededor del mundo o…  emociones que quiero transmitir a través de unos versos.

Mi nombre es Carmen, tengo cuarenta y ocho años y soy dependienta en un establecimiento desde hace siete. Madre de dos adolescentes de 26 y 23 años, los cuales se independizaron hace un tiempo. 

Escribo desde muy pequeña. Empecé con un diario, seguido de cartas a mis amigos del extranjero y a mi madre. Mis pasiones son la escritura, la restauración de muebles, la lectura, la poesía y  los animales (tengo cinco mascotas, dos perros y tres gatos). Me considero una persona muy casera y familiar. 

Sobre mi carácter: soy una mujer luchadora a tope, con ilusiones, metas y proyectos que hacen que el tiempo adquiera un valor especial para mí. 

Tengo tres libros vendidos, dos de poesía y un tercero sobre relaciones tóxicas. Actualmente estoy trabajando en mi primera novela. 

Si tuviera que adjuntar y destacar algo sería que soy muy tenaz en todo lo que me propongo. Soñadora pero con los pies en la tierra, no dudo en aprender todos los días algo más que me acerca a mi propósito: poder llegar a vivir trabajando en lo que realmente me gusta, la escritura. 

He colaborado en varias revistas con algún que otro relato y en escribir para otras personas. Tuve mi experiencia en radio con una pequeña sección dedicada al entretenimiento.