El objetivo esencial de los microrrelatos es hacer pensar y crear sorpresa en el lector. Para ello, la historia debe tener al menos un giro argumental que le deje con la boca abierta y sin mediar palabra. En este tipo de escritos no se busca describir una acción o personajes con el mayor número de detalles posible, a diferencia de lo que sucede en otros géneros narrativos de mayor extensión como la novela; sino que, en los microrrelatos, la fuerza radica en la capacidad de enganchar y asombrar al lector con poco.
El microcuento más famoso simplemente tiene siete palabras. Las suficientes para fascinar a todo el que lo lee, y revolucionar este tipo de narrativa. Siete palabras abiertas también a numerosas interpretaciones, que dependerán exclusivamente del propio lector. Su autor, Augusto Monterroso, de nacionalidad mexicana, es además conocido por otros relatos de corta extensión. Está considerado uno de los mejores escritores de este género literario tan diferente, pero tan bonito.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí – Augusto Monterroso
Inspirados por Augusto Monterroso, os queramos dejar algunas claves para escribir vuestro propio microcuento:
1. La primera clave es más bien una norma.
Recapitulando lo anteriormente mencionado, el texto debe ser corto y con un lenguaje preciso.
2. Huye de los tópicos.
No te guíes por las modas. Piensa y escribe de lo que te apetezca, aquello que deseas contarles a tus futuros lectores, o algo que desees soltar a través de la escritura.
3. Condensa al máximo el planteamiento, nudo y desenlace, además de las descripciones de los personajes.
Obviamente son importantes, pero, recuerda, lo realmente importante es transmitir la idea que quieres contar.
4. Usa referencias conocidas.
Esto puede ayudarte a empezar a escribir, enlazar ideas o incluso a darle más fuerza a tu relato.
5. Dale al lector algo en lo que pensar.
El objetivo de este punto es que el lector a medida que va leyendo el microcuento piense y se “monte una película” en su cabeza sobre cómo pueden desencadenarse los hechos, para luego darle ese giro argumental que tenga como consecuencia un factor sorpresa para el lector.
6. Por último, el título.
Una vez escrito el relato ya habrá tiempo para pensar en el título, pero recuerda, este ha de ser corto, preciso y debe estar relacionado con el tema tratado.