Nadie se atrevería a poner en tela de juicio las numerosas aportaciones que Unamuno hizo a la historia de la literatura. Sin embargo, estos no fueron sus únicos méritos. También fue pionero en otro arte, que nada tiene que ver con el mundo de las letras: la papiroflexia u origami. Una contribución del escritor que poca gente conoce. La papiroflexia consiste en un conjunto de técnicas que tienen como fin último crear figuras de papel, sirviéndose únicamente de los pliegues de este, por tanto, no se utilizan ni pegamento ni otras herramientas.
Se dice que Unamuno descubrió el origami cuando era todavía un niño y que, desde entonces, lo tomó como afición. Poco a poco, fue mejorando y puliendo su técnica, para poder realizar figuras más complejas y no solo las convencionales. Pese a que fueron los árabes quienes siglos antes introdujeron en la península este arte creado por los chinos, fue el escritor quien realmente lo impulsó en España. De hecho, llegó a escribir un tratado y varios libros sobre el plegado.
Tanto sus amigos y compañeros de profesión como sus alumnos de la universidad sabían de la habilidad del escritor con el papel porque continuamente estaba realizando algún tipo de figura. Fueron muchos quienes se interesaron por este arte y le pidieron que les enseñara. Unamuno lo hizo e infundió su pasión por la papiroflexia en aquellos curiosos que mostraban su interés. Por esta razón, se dice que Unamuno fue quien realmente introdujo este arte en España y en muchos lugares hispanohablantes.