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La literatura en Navidad, según nuestro imaginario

Cristina Donaire Ortiz • 21 de diciembre de 2022

Enciendes una vela, empiezas a sentir su calidez y su olor. Esta vez la has elegido de canela y sándalo, que huele a tu casa cuando comienza la temporada en la que el fuego de la chimenea es el protagonista. Entre libros y mantas, refugiado del frío en tu rincón, piensas que podrías pasar así todo el día, rendido al hedonismo; pero lo mejor está por llegar. Pronto viajarás hasta el que siempre ha sido tu hogar y, mientras tanto, en el coche, sonará tu playlist por excelencia para momentos de culto personal. Sientes el calor del vehículo en contraste con el frío de la montaña que estás atravesando y la música continúa poniéndole banda sonora a tus pensamientos. Morriña, añoranza, melancolía, nostalgia. Ya puedes visualizar el abrazo que vas a darle a tu madre y sentir lo mucho que añorarás a tu padre. Pero, en esta bomba de sentimientos contradictorios, encuentras cierto placer; es el confort que te da vivir la vida con hipersensibilidad, la que te permite apreciar todos y cada uno de sus matices. 


En esta narrativa que nos creamos nosotros mismos con nuestras rutinas, pensamientos y sentimientos prevalece una fuerte línea artística. ¿Quién dice entonces que la navidad no es literatura? Se ha teorizado a lo largo de los siglos acerca del concepto, intentando acotarlo y definirlo y, desde un comienzo, esta tarea ha resultado compleja. Los grandes teóricos han ido aportando definiciones, desde Aristóteles hasta Van Dijk y Eugenio Coseriu, hasta llegar al final del camino de la teoría de la literatura. En resumidas palabras, se concluye que la literatura es el arte de la expresión verbal, donde priman la emotividad y la expresividad, teniendo que representar lo real o las expectativas sobre la realidad. Al mismo tiempo, es todo el conjunto de autores y sus obras, en las que reflejan vivencias, sentimientos… historias que salen de dentro y que entran desde fuera. ¿Qué es sino toda esta épica que creamos en nuestra mente y que nos contamos a nosotros mismos?


La navidad hace que un sinfín de sentimientos se desaten en tu interior. Huele a cuentos, a comida recién horneada, presagia reencuentros con los tuyos y contigo mismo y hace que los personajes secundarios comiencen a ser principales. Es “la realización de lo bello”, al igual que en la literatura. Puede que no se palpe en papel o se materialice en letras legibles, pero toda esa narrativa está en nuestra mente, en el imaginario común de todos los que sentimos estas fechas con un aura mágica y como una de las tradiciones más bonitas. A todos vosotros, potenciales escritores, estas navidades las historias están dentro de vuestra cabeza, sentidlas y dad el siguiente paso: expresadlas. 

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