El lenguaje está vivo, se encuentra en constante movimiento y evoluciona hacia patrones naturales. La casualidad y el azar probablemente juegan el papel más importante para explicar los cambios que se dan, pero otros factores como los culturales y sociales influyen de manera notoria. Tradicionalmente, los nombres que se le han dado a lo largo de los territorios de habla hispánica a las letras han variado, según el lugar y la cultura. Es el caso de la “y”, denominada “i griega” o “ye”.
En un intento por explicar y aclarar las dudas respecto a diversos procesos lingüísticos y ortográficos, la Real Academia Española no duda en ponerse al servicio de los ciudadanos. A través de su página web o de las redes sociales, principalmente de Twitter, reciben preguntas, dudas y comentarios que contestan con eficacia. Una de estas dudas, desde hace años atrás, ha girado en torno al nombre de la grafía “y”. No ha sido hasta el 2010 que, con la actualización de la Ortografía de la lengua española, la RAE se ha pronunciado al respecto. Con expectativas de unificar los nombres con los que se refieren los hablantes a las letras, han apostado por “ye” frente a “i griega”, debido al carácter consonántico del fonema, sin penalizaciones en sus usos.
Pero ¿por qué un nombre predomina sobre otro? No hay una explicación clara, es una elección artificial que ha tomado la institución basándose en cierta información, como es que la “y” tiene más usos consonánticos que vocálicos. Con este nombre, se hace referencia al sonido que se emite al pronunciar la grafía. Sin embargo, la elección podría haber sido otra, aferrándose como argumento al carácter tradicional y al guiño al origen que hace el nombre de “i griega”. Pero, lo importante no es el fundamento de la elección, sino la finalidad de cohesión que lleva implícita esta decisión.
Cabe destacar que, en su mayoría, los hispanohablantes de Europa se acogían a la denominación tradicional, mientras que los hispanohablantes de América utilizaban la otra forma consonántica. Que la Real Academia Española haya tomado esta decisión también es un paso adelante en la descentralización de la institución en España y en la lucha contra la jerarquización respecto a Latinoamérica.
La realidad es que se está lejos de poder dar una explicación cerrada a los cambios naturales, simplemente es la magia de la complejidad y la vida de la lengua. Pero en pro de la unificación de la comunidad de hablantes, la ortografía, a través de la RAE, se establece para que el proceso comunicativo sea el adecuado. Al fin y al cabo, es el cometido más importante de la lengua, la unión y la creación de lazos entre las comunidades.