Para ayudarte en tu misión, querido escritor novel, aquí tienes algunos consejos que pueden serte de mucha ayuda:
1. Empieza con relatos cortos.
A veces, los escritores principiantes se obsesionan con escribir una gran novela, comparándose con alguno de los autores a los que admiran, y eso no es bueno. Llega el momento en que las cosas se tuercen, te atascas o simplemente te bloqueas y te vienes abajo.
Cuando somos nuevos en algo, lo mejor es empezar por algo sencillos y no complicarnos demasiado la vida. Escribir una novela es más complicado de lo que parece y no basta con, simplemente, redactar bien. Hay que tener mucha imaginación para que el argumento de la historia dé para tantas páginas y se desarrolle con fluidez a lo largo de todos los capítulos. Además, es necesario disponer de una estructura y organización sólidas para que todos los componentes de la novela (protagonistas, antagonistas, marco contextual, época) estén bien hilados con la historia.
Por eso, es más recomendable comenzar con pequeñas historias, cuentos o relatos que no superen las treinta páginas. De esta forma, estaremos entrenando a nuestra mente para generar argumentos no demasiado complejos para, poco a poco, ir aumentando la dificultad.
2. No intentes imitar a tus autores favoritos.
Como ya he mencionado en el punto anterior, no debes compararte con escritores consagrados que llevan años en el mundo de la literatura. Es bueno que tengas referentes sobre los que orientarte y que te sirvan de guía a la hora de escribir, pero no te frustres porque tus trabajos no sean tan buenos como los de ellos.
Es completamente normal que al principio no estés contento con muchas de las cosas que escribes, pero no dejes que tu auto-exigencia te haga infravalorarte y abandonar el proyecto a la mitad. Como en todos los trabajos y actividades, al principio hay que desarrollar una serie de destrezas e ir puliéndolas poco a poco. Pero todo esfuerzo termina dando sus frutos.
3. Colecciona metáforas y cuida la ortografía.
Hacerte con una buena selección de metáforas y demás recursos estilísticos es fundamental para darle vida a tu lenguaje y colorearlo de nuevas expresiones. De esta forma conseguirás que tu capacidad lingüística sea de mayor calidad literaria. Para ello, es fundamental que leas y engullas todos los recursos literarios que puedas. Además, es importante que cuides tu forma de expresarte, la ortografía y la gramática, ya que todo escritor que se precie debe dominar el lenguaje y enriquecerlo con nuevas palabras.
Al principio céntrate en expresiones que puedan servirte en múltiples ocasiones y, a partir de ahí, ve ampliando tu vocabulario. La variedad de palabras evitará que tus textos sean monótonos y aburridos.
4. Conviértete en el mejor amigo de tus personajes.
Cuando empiezas a escribir una historia, lo primero que debes tener en cuenta es que la trama gira en torno a tus personajes. Tienes que hacerte una imagen mental de ellos para describirlos y conocerles como si fueran tus mejores amigos, porque eso influirá en si tus personajes son planos y simples o si, por el contrario, son personajes bien formados y desarrollados.
5. Sé crítico contigo mismo.
Es importante que seas consciente de tus debilidades y sobre todo de que siempre puedes mejorar. No concibas tus fallos como algo malo, sino como una enseñanza para mejorar y no incurrir en el mismo error dos veces. Pero tampoco es bueno que te machaques si no consigues hacer algo. Cada cosa lleva su tiempo.
6. Aléjate de las personas que no crean en ti.
Aunque es bueno que seas crítico y no ignores tus errores, tampoco es constructivo que te rodees de gente que no crean en tus posibilidades como escritor. Está bien que pidas consejo a tus amigos porque a veces eso aporta una perspectiva objetiva cuando estás bloqueado. Pero nada más.
El amor que sientes por escribir sólo puedes entenderlo tú y eso no debe frustrarte. Lo más importante es que nunca dejes de creer en ti mismo y tengas presente que todo escritor pasa por dificultades cuando es novato y tiene malas rachas o bloqueos en las que pierde la inspiración, incluso cuando ya es una escritor veterano. Pero eso no puede condicionarte, ni mucho menos, hacerte abandonar tu sueño.
7. Escribe por diversión.
La principal motivación que debes tener para escribir es que disfrutes con ello. Olvídate de ganar dinero. Tienes que enfocarlo como un hobbie que puede ser que en un futuro se convierta en tu profesión. Pero si algún día consigues hacerlo, nunca te centres en escribir por trabajo. Porque eso puede provocar que termines escribiendo algo que no te gusta y a largo plazo eso puede repercutir en la calidad literaria de tus textos.
8. Escribe sobre lo primero que se te ocurra.
“Cuando comienzo a escribir nunca sé a dónde voy, todos mis libros han sido sorpresas” dijo en una entrevista Ray Bradbury, autor de crónicas marcianas y Farenheit 451.
No te centres en una sola idea. A veces es mejor dejar que fluya la inspiración para no quedarte atascado. La cualidad que define a buen escritor es su imaginación y para eso no solo hay que ejercitarla, sino que hay que dejarla pasear por tu mente a su libre albedrío. De esa forma, puede que descubras aspectos que desconocías de ti mismo y llegues a crear una buena historia de la nada.