Rosario vigilaba desde el balcón de su casa, en la calle Literato Azorín de Valencia, la llegada del cartero. En cuanto lo vio girar la esquina, bajó corriendo los sesenta peldaños que había desde su casa al patio de la finca y allí lo esperó. Sintió un escalofrío de emoción que le recorrió la espalda cuando el repartidor de Correos, con cara impasible y ademanes toscos, le dio un sobre color crema y al girarlo se alegró cuando vio que el nombre que había en el remite de la carta era falso. Ponía Carmen, cuando en realidad quien la escribía era Leandro, el gran amor de su vida.

Su amor empieza en el año 1935, se alarga en el tiempo, transita por la guerra civil española y, en medio del caos y la devastación, Rosario y Leandro descubren un amor tan intenso como prohibido. Ambos atrapados en matrimonios que los atan al deber y las leyes de la época, se enfrentan al dilema de luchar por un amor que desafiaba las convenciones o resignarse a la seguridad de lo conocido. Su mundo se desmorona alrededor mientras ellos enfrentan sus propias batallas internas, pero su conexión es innegable, intensa e imposible de ignorar.

Su historia es un torbellino de emociones: pasión, miedo, esperanza y sacrificio, donde el amor no es solo un refugio, sino una lucha en sí misma, una fuente donde sanar las emociones heridas y que recuerda que incluso en los tiempos más oscuros el corazón encuentra la manera de ser un faro que guíe y cure el alma.

En una época donde la guerra redefine la lealtad y destruye los hogares, Rosario y Leandro se aferran a la única certeza que tienen: su amor, aunque este pueda costarles la vida. A través de cartas clandestinas, encuentros fugaces y momentos robados, su amor desafía el tiempo, la distancia y las circunstancias. Pero ¿podrá sobrevivir en un mundo donde la esperanza parece tan frágil como los protagonistas en dichas circunstancias?