Mi nombre es Carmen Balleste Ginesta, tengo 67 años y muchísimas cosas interesantes para contar, porque de las insustanciales ya no me acuerdo. Será por ello, según qué temas prefiero olvidar, por lo que Plataforma Editorial y Sanitas Mayores público en el 2019 un relato mío sobre el Alzheimer, en el libro Siempre en mi recuerdo. El título de mi historia sí que merece la pena, la hago extensible a todos los acontecimientos de la vida ya que siempre tienen algo de útil y conveniente. 

La poesía ha sido mi genero preferido desde bien pequeña y fue en el Circulo Artístico Literario El Semillero Azul de San Joan Despí, en Barcelona, donde allá por 1998 recogieron y dieron difusión a algunos de mis poemas.  

Soy natural de Barcelona, aunque mi infancia y adolescencia transcurrieron en Valladolid. En esta ciudad, en el periódico de El Norte de Castilla, en una entrevista que me hicieron con tan solo 10 años con motivo de las fiestas de la Juventud Josefina, ya manifesté mi deseo de ser escritora. Por ello, estudie Letras, si bien mi vida laboral siempre estuvo regida por las ciencias. Trabajé de contable durante más de 30 años. Poemas, cuentos, relatos… quedaron relegados en el fondo del cajón, pero, alguna vez, salían a la luz.

Fue el Ayuntamiento de Calafell el que me distinguió, allá por el 2000, con la publicación de una carta de amor que escribí a mi padre fallecido y se recopiló en un litro junto con otros galardonados. En realidad, nunca he dejado de escribir. 

Mi arte es el trabajo, mi fuerza la voluntad y mi mayor deseo tener siempre la mente ocupada. 

Entre mis recuerdos literarios importantes, he tenido el honor de conocer a Joana Raspall I Juanola, en su ciudad natal de San Feliu de Llobregat. Le presenté mis poemas en catalán y con su gran talento y humildad me hizo el honor de enmendarlos y alentarme en mi afán por la escritura. Conservo mis poemas corregidos de su puño y letra como un tesoro. 

Esta soy yo, una aprendiz de todo, autodidacta, amante de las artes y, a mi pesar, indecisa. 

Años 60, una ciudad castellana. Una familia que se desmorona frente a un crimen. La ira de dos mujeres ante un hecho inexplicable. El misterio está en la venganza.  

Soy Abel Rodríguez, tengo 36 años y raíces extremeñas. A los 8 participé y gané mi primer concurso literario de relato corto en el colegio y, desde entonces, he sumado unos cuantos más. En 2008, descubrí el microrrelato y se convirtió en mi pasión: a la dificultad de escribir una historia que atraiga al lector se unía el reto de hacerlo en muy pocas palabras. 

Me han publicado varios textos en antologías de diferentes concursos del género y nunca dejo de formarme y explorar diferentes estilos. Aunque me centro en el humor, género negro y misterio, de vez en cuando tengo algún escarceo romántico o dramático. Desde hace un año, lo combino con el nanorrelato, del que tengo un perfil en Instagram con bastante éxito (@nanorrelatos).

Haciendo honor al título de esta antología, os presento dos microrrelatos en espejo. ¿No sabéis lo que son? Pues os van a sorprender estas dos narraciones con un denominador común. Son el preámbulo de un relato más largo: Autostop. Un fallo sin importancia en un coche, dos compañeros muy diferentes y un rompecabezas del pasado que hay completar. Incluso la persona más incrédula tiene que rendirse ante las evidencias de que los fantasmas pueden comunicarse con ella de la manera más insospechada. Una trepidante aventura llena de misterio, intriga y una dosis de humor, para que os lo penséis dos veces antes de llevar el coche al taller.

Adrián Díaz nació un 21 de octubre de 1994 (Cádiz). Es diseñador gráfico, ilustrador y editor de vídeos. Su interés por la pintura y el cine vienen desde que era pequeño, por eso siguió sin miedo ese camino, estudiando y esforzándose para cumplir sus sueños.

Dibuja e ilustra personajes y paisajes de sus fantasías, además de escribir guiones para los cortometrajes que algún día espera enseñar a todos. La lectura siempre ha estado unida a todo esto, ya que en los libros encuentra la inspiración y las ganas de seguir ampliando ese mundo que tiene dentro de su cabeza.

Su pasión por los libros viene de su madre, quien le regaló su primera llave para entrar en esta aventura. Devoró ese libro en poco tiempo y, desde entonces, no ha podido parar. Es aficionado al misterio y al suspense, los Thriller son su debilidad. Su deseo siempre ha sido plasmar en un libro o película todas esas ideas que no paran de crecer, escribir y conseguir tener al público intrigado hasta el final. Aunque por el momento, todavía nada ha salido a la luz.

Ahora, le ha llegado esa oportunidad gracias a Diversidad Literaria que ha confiado en él y le han ofrecido otra llave para seguir avanzando, la oportunidad de poder completar parte de ese sueño que no es otro que mostrar las historias que se desarrollan en su imaginación.

¿Crees en leyendas y maldiciones? Estás a punto de entrar en una.

Ángel es un agente de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos que viaja a un pueblo de Salamanca, declarado el primer conjunto histórico-artístico de España, tras recibir la

petición de ayuda de la inspectora Rojas.

Todo comienza con un robo, Los Espejos de Raimundo, unos misteriosos cristales que esconden una vieja maldición que el pueblo conoce. Ambos detectives se embarcan en descubrir quién es el culpable que tiene atemorizado a todos los vecinos, bajo extrañas puestas en escena que parecen sacadas de tus peores pesadillas.

¿Quién está perturbando la tranquilidad de este lugar? ¿Cómo se conecta todo esto con el robo? Y, lo más importante, ¿podrán Ángel y Rojas detener al culpable? Es hora de desenterrar la verdad.

Soy Camilo Giraldo Giraldo, oriundo del país que vio nacer al padre del realismo mágico y con la fortuna de poder vivir actualmente en el país que le dio vida al caballero de la triste figura; apodo puesto por su gran amigo de aventuras… ¿Sabes a qué países me refiero? 

Desde temprana edad he tenido una imaginación inquieta, crítica y con gran sentido de la realidad; con el tiempo he aprendido a poner un poco en orden esos pensamientos y darle la forma a lo que hoy puedo llamar "escritos". Aunque, siendo honesto, "la mente es la loca de la casa" y darle forma es tan ilógico como lógico. Toda una utopía, ¿verdad?

Mi interés en tí, querido amigo lector, es adentrarme en tus pensamientos y seducirte como el cortesano que se ha flechado a primera vista con la doncella que, plácidamente toma el sol todas las mañanas en la fuente que mira al sur, mientras su melena es acariciada por la suave brisa que llega en sentido contrario. Y mientras el cortesano la observa desde la lejanía, busca mil maneras de desnudar su corazón. Asimismo, mi buen amigo, yo quisiera desnudar mi alma cada vez que me lees y poder dejar en ti, un mundo que solo puede habitar en tu ser. Eso es lo hermoso de leer, el poder crear un universo que solamente tú mismo conoces. ¿Te animas?

PRÓXIMAMENTE...

Soy el pequeño de dos hermanos varones. Hijo de un padre farmacéutico y una madre médico. Desde muy pequeño, fui al mismo colegio en la ciudad de Algeciras, al sur de Andalucía, en España.

Digamos que académicamente me fue bien en el cole hasta cierta edad, no recuerdo haber estudiado hasta quinto de EGB y cuando tuve que hacerlo me aburría y no quería. Pero fui sacando buenas notas.

Era muy tímido y muy sensible también, aunque de esto último no fuera tan consciente en su momento. Siempre se me dio muy bien dibujar, era, junto a otro alumno, el que mejor dibujaba del colegio (creo yo). Me gustaban mucho el cine, las series, los cómics y los videojuegos. Leía también libros, pero, por alguna razón, tengo la impresión de que no podía leer todo lo quería, y en la adolescencia me aficioné a leer libros de autoayuda y psicología.

Ya mis últimos años del colegio fueron poco agradables, una etapa difícil de la vida para todo el mundo, pero que a mí particularmente me resultó dolorosa, ahora entiendo que sobre todo era por el tema de la sensibilidad. Aun así, terminé el colegio y saqué nota para la carrera de Medicina.

Como durante el colegio no necesité estudiar mucho ni con un método, cuando llegué a la facultad se unió el tema de la alta sensibilidad con no tener un método de estudio, por lo que no me fue demasiado bien. Tardé, finalmente, muchos años en terminar medicina, con cambio a Bellas Artes un año y vuelta a medicina incluido. Luego empecé a presentarme al examen MIR e inicié la residencia de médico de familia y de análisis clínicos, ninguna de las dos me convencieron ni llegué a concluirlas.

Acabé desarrollando la sensación, y aún la tengo, de que si no hacía lo que me apasionara la “cosa” no funcionaría. Y aquí me encuentro ahora, con un próximo trabajo de un mes en una clínica como médico de familia, pero siendo consciente de mis características de sensibilidad y demás. El ponerme a escribir los microrrelatos surgió como un divertimiento, de forma espontánea, los hago y me divierte. Me resulta divertido y relajante escribir y expresarme a través de las letras. Me gustaría también expresarme en un futuro con algún otro arte o similar. Pero, por lo pronto, me parece muy interesante esta forma de expresión.

La historia gira entorno al fantasma de la torre del Castillo de Gibralfaro. Su aparición en el pasado, en el año 1936, y su reaparición en la actualidad. Y cómo, mientras la aparición en 1936 precedió a la guerra civil española, el actual advenimiento podría suponer una antesala a la tercera guerra mundial.

Me llamo Claudia Soto Ros y nací en Murcia el 11 de octubre de 2003. Desde muy pequeña he tenido pasión por el arte, en parte heredada por personas como mi madre y mi abuelo, Benigno Ros Ros, quien también escribía y pintaba.

Siempre he jugado con todo aquello que me permitiera sacar afuera lo de dentro, pasando por la danza, la música o la pintura, la cual ha sido mi principal lenguaje desde niña.

La lectura también fue un elemento fundamental en mi infancia y me llevó a comenzar a usar la palabra para expresar todo aquello que solo ella me permite expresar.

La luz de la luna, cual foco, iluminando y dando voz a los personajes de una tragedia, en un teatro majestuosamente vacío. Relatos guiados por la brisa de otoño, por estrellas fugaces. Sueños dibujados con zumo de granadas, narrados por el mes de octubre. Leídos por unos infinitos ojos negros.

Marcelo A. Rodríguez-Arias Krámar (Gijón, 1973). Desde niño, se vio trasladado de residencia en incontables ocasiones, viviendo en numerosas poblaciones de varios países, principalmente de España y Argentina.

Afincado en Aragón desde hace más de veinte años, dedica parte de sus esfuerzos a la protección del medio natural, trabajando dentro del ámbito forestal y de conservación de la naturaleza.

Ávido lector, su incursión en la escritura es reciente, habiendo colaborado en varias antologías de microrrelatos y de haiku.

Actualmente, está elaborando un proyecto de mayor extensión, un ensayo sobre filosofía titulado Caminando con Séneca.

Los habitantes de Benabarre, una importante población del condado de La Ribagorza, se preparan para honrar a su patrono San Medardo. Un misterioso personaje se presenta en el pueblo preguntando por las reliquias del santo; un corpulento montaraz es atacado por... ¿una extraña criatura mitológica?; el hallazgo de un hueso de mujer; un taimado labriego...

Todas estas historias se conjugan para conformar un apasionante relato en torno al robo de reliquias. ¿Serás capaz de resolver el misterio?

Pronto hará cuatro años desde que me jubilé. El trabajo que desempeñaba hasta ese momento era como empleado municipal en un Centro de Servicios Sociales, en recepción. Si había un lugar donde era posible vivir el «misterio» en tiempo real, era detrás de ese mostrador.

También tenía sus alegrías, sobre todo el agradecimiento de aquellos vecinos que veían cumplidas sus expectativas al ser atendidos. No me extenderé.

En relación con la escritura, ahora es, al contar con más tiempo creativo, cuando las palabras acuden deseosas «de nacer». Sigue un breve currículum:

—Colaboración en la revista LIBER (Bibliotecas Públicas Municipales de Málaga) con un cuento infantil, La cometa Caraquieta (2003); y con un relato breve, La mar salada (2003).

—Finalista en el I Certamen de Narrativa Breve en la revista digital IES Ventura Morón (Algeciras) con el relato Una sombra en el desierto.

—Finalista en el IV Concurso de haikus-2020, Entre sílabas anda el juego (Diversidad Literaria).

—Poemas, relatos cortos, microrrelatos y cuentos infantiles ilustrados propios (no publicados), editados y encuadernados en casa de forma artesanal.

—Finalista en certamen de microrrelatos de la Asociación Cultural Bezmiliana de Rincón de la Victoria (Málaga).

—Columnista, desde hace un año, en el periódico digital http://www.noticias24digital.com, de la Axarquía malagueña, con reflexiones alusivas al universo de la música.

Las fantasías y la imaginación de Jaime no conocen límites. Se adentra en dimensiones que a otros aterrarían.

La fusión que hace de realidad y ficción, hace parecer novato al poderoso hombre de hierro o al tímido y valeroso hombre araña.

Pero, un día, un suceso terriblemente insólito hace tambalear su imaginación: ¿Se están transformando en realidad sus ensoñaciones? ¿Podrá el misterioso profesor explicarle qué le está pasando?

Pasen y lean.