NUNCA DESCANSAN
Hay lugares donde la enfermedad y el dolor han estado muy presentes. ¿Realmente los hospitales guardan la energía de todos aquellos pacientes que han pasado por ellos? ¿Hay quien aún sigue vagando por sus pasillos, incluso cuando ya no hay nadie? A mediados de los años noventa, un grupo de investigación de lo paranormal se dirige a la ciudad de Jaén. Quieren conocer de primera mano si la actividad extraña que ocurre en alguno de sus edificios es tan inexplicable como dicen.
«…Violando su escepticismo, su curiosidad la llevó a entrar. A medida que exploraban, comenzaron a notar sombras que se movían pero solo la captaban al límite periférico que su visión les permitía. Luis, mientras revisaba su grabadora, levantó la vista cuando vio una figura difusa al final del pasillo.
—¿Ven eso? — preguntó Catalina con su voz temblorosa—. Hay alguien allí — Todos giraron al mismo tiempo, pero lo que parecía una figura desapareció en la oscuridad.
—Tal vez sea solo nuestro cerebro jugando trucos. La mente puede ver cosas que no están allí. —Mariano, con una risa nerviosa, intentó restarle importancia. Pero su voz también sonaba insegura.
Mientras recogían las cámaras, los micrófonos y el resto del equipamiento, se produjo otro incidente. Un objeto cayó desde el segundo piso, un jarrón de cerámica hecho añicos al impactar contra el suelo del patio. No había nadie arriba. Todos estaban en el vestíbulo. El terror se apoderó del equipo. Se apresuraron a salir del edificio, corriendo sintiendo la presencia invisible que les perseguía…».