Jramal

Nací en Granada hace treinta y tres años, aunque a veces dudo de haberlo hecho en el lugar correcto.


Desde niño encontré en la escritura un refugio silencioso, un espacio donde todo lo que no entendía del mundo podía transformarse en palabras. Durante años escribí sin pensar en publicar, sin que nadie lo viera; lo hacía para recordar, o quizá para olvidar.


La vida me llevó por caminos inesperados: la disciplina del ejército, los viajes, las rupturas, los renacimientos. En cada etapa hubo un punto en común: la necesidad de escribir para no perderme. Durante un tiempo lo dejé, hasta que una etapa difícil me devolvió a las palabras, no como pasatiempo, sino como una forma de reconstruirme.


La forma del reflejo no fue planeada. Apareció como una voz interior que exigía ser escrita, una historia que parecía observarme mientras la creaba. Lo que comenzó siendo un thriller se convirtió en una búsqueda sobre la identidad, el miedo y los límites de la conciencia.


Hoy vivo entre la realidad y la página, intentando recordar cuál de las dos inventé primero. Escribo porque todavía busco respuestas, y porque tal vez escribir sea la única forma de no desaparecer del todo.

Cuando el detective Cole Atking entra por primera vez en la consulta del doctor Smith, no busca respuestas: busca sentido. Pero frente a un espejo que parece observar más de lo que refleja, su vida comienza a fracturarse en imágenes imposibles.


Lo que inicia como una terapia se transforma en un viaje al corazón de la identidad, donde cada recuerdo puede ser un experimento y cada pensamiento, una manipulación. Detrás de los casos que investiga —asesinatos marcados por espirales, sonrisas cosidas y mensajes en blanco— se oculta Karl, un asesino metódico que no solo conoce su pasado…, sino que parece haberlo escrito.


A medida que las fronteras entre realidad y ficción se disuelven, Cole descubre que su enemigo no es un hombre, sino una idea: una mente que lo observa, lo moldea y lo reescribe. En ese juego de reflejos, la verdad deja de ser un lugar al que se llega y se convierte en un relato que se inventa para sobrevivir. La forma del reflejo es un thriller psicológico y existencial que combina el misterio, la filosofía y la metaficción en una espiral hipnótica sobre la identidad, el trauma y la memoria.


Una novela literaria y simbólica sobre la autoría, el miedo y la necesidad de comprenderse, donde el verdadero enigma no es quién hizo qué, sino quién está escribiendo la historia… y a qué coste. Una obra sobre encontrarse cuando ya se ha sido borrado, donde cada reflejo puede ser una mentira y cada recuerdo, una creación. ¿Hasta dónde puede llegar un hombre para descubrir quién es, cuando la historia que vive no le pertenece?


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